Érase una vez una niña que vivía con un padre muy rico, el
padre enfermó y se murió, el padre se había casado con una señora que tenía dos
hijas avariciosas y antipáticas.
La madrastra se quedó toda la riqueza, y a la niña la pusieron de criada y la llamaron,
Cenicienta, ella era muy buena y tenía amigos, los ratones
Un día llegó al palacio un mensajero real del príncipe, que
les entregó una carta que podían ir
todas las doncellas del reino al baile real.
Cenicienta se puso muy triste, porque su madrastra no la dejó
ir. Cuando fueron sus hermanastras y su madrastra al baile, Cenicienta se quedó
triste y sola, y se puso a llorar, de pronto le apareció un hada madrina, y le
concedió el deseo de ir al baile, pero le dijo que todo desaparecería a media
noche.
Cenicienta le dio las gracias y fue al baile, y se lo pasó
muy bien, ya que bailó con el príncipe.
Cuando el reloj dio las campanadas de media noche, Cenicienta
muy apresurada echó correr.
Pero como iba tan deprisa se le calló un zapatito.
El príncipe lo encontró.
A la mañana siguiente el príncipe dio la orden que todas las
princesas del reino se lo probaran y a
quien le valiese, sería la elegida, es decir con la que bailó.
Cuando se lo probaron a todas, solo faltaba Cenicienta, le mayordomo
del rey se lo probó y vio que le servía perfectamente, al final Cenicienta se
casó con el príncipe y vivieron felices para siempre
LIDI
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