Nací en una gran capital, pero hace unos años mis padres y mi hermano pequeño y yo nos vinimos a un pueblecito de pocos habitantes porque a mi padre lo despidieron en la fábrica, y para tener suficiente con la paga que le dan en el paro es mejor estar en casa de mis abuelos.
Llegué en verano, me gustó muchísimo, aquí podía salir casi todo el día a la calle con los amigos de mi primo Gustavo. En septiembre tuve que ir al Instituto y me parece divertido también. Aunque el transporte se me hace pesado, los profesores son jóvenes y majetes. Ya me había contado mi primo, que en el instituto se lo pasaba de miedo, que hacían cosas con ordenadores y que había unas pizarras electrónicas en las que se podía dibujar con el dedo. Y lo mejor de todo es que podían usarlas los alumnos. En el instituto utilizo los ordenadores, las clases son muy interesantes porque buscamos cosas y hacemos trabajos en grupos que el profe cuelga en un blog.
A mi primo Gustavo le gustan mucho los ordenadores, tiene uno en su habitación, pero es que también tiene una video-consola, una consola portátil, un mp4, y un teléfono con conexión a Internet. Cuando voy a su casa nos sentamos en el ordenador y el tiempo se nos pasa volando, me enseña sus fotos en Tuenti y los amigos del Facebook. Allí puedo reconocer a casi todos los amigos del pueblo y a muchos del instituto. Ya me ha hecho una cuenta de correo, aunque me dijo que si no entraba en él, me caducaría. Chateamos y nos dicen páginas curiosas o qué vídeos son divertidos del Youtube. Los que más me gustan son esos que doblan películas diciendo chorradas. Lo paso bien con mi primo, me enseña muchas cosas que se pueden hacer con un ordenador, los trabajos de clase, buscar en enciclopedias, e incluso editar vídeos con anuncios para la clase de plástica; me parece práctico.
Pero yo no tengo ordenador, cuando tengo que hacer algún trabajo voy a casa de mi primo y me ayuda, porque en el telecentro no me aclaro sólo, pero cuando vuelvo a casa mis padres se rayan pensando que hemos estado toda la tarde jugando y..., claro que jugamos, pero también hacemos los deberes. También me gustaría tener una videoconsola, uno del insti juega a un juego en el que se lucha en la segunda guerra mundial, o se construyen civilizaciones y otro resuelve enigmas y adivinanzas y dice que tiene una edad mental de 18 años, ¡Está flipao!.... El único teléfono que tenemos es el de mi padre, cuando se lo compró era la bomba, pero comparado con el de mi primo es una caca, las fotos salen borrosas y hacen cuadraditos cuando las amplías, mi primo dice que pixela. Cuando salimos por ahí, como voy con Gustavo mi padre le llama a él y yo me pongo.
Mi primo me ha dicho que puedo tener un ordenador el próximo año, que me lo van a dar en el instituto y que le han dicho que internet me va a costar sólo 16 euros, pero que sólo me podré conectar a unas determinadas horas.
Tengo ilusión por tener un ordenador y espero que el próximo año me llegue a mí, me pueda hacer un blog como el de mis profesores y así mi primo dejará de decirme que estoy en "toda la brecha digital". Por ahora lo que tengo es un boli y este cuaderno.
Los nombres, situaciones y localizaciones son totalmente ficticias, ojalá la historia también lo fuera…
FUENTE: http://www.educacontic.es
1 comentario:
No podemos negar la evidencia: sin estar en contra del bolígrafo y el cuaderno, sin estar en contra de la pizarra de toda la vida, hay una cosa clara, el que no se suba al tren de las nuevas tecnologías, será un analfabeto digital.
Bien es verdad que nos queda mucho camino por delante para hacer entender a muchos niñ@s y adolescentes que ordenador no es igual a twenti, es una herramienta de trabajo que nos puede ayudar muchísimo.
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